Don't call me Ekaterina, bitch.

Si hablamos de Ekaterina, hablamos de una persona compleja, con cambios de humor más rápidos que la misma velocidad de la luz, por eso es que siempre suele ser pesada y hasta insoportable. Trata de llevar las cosas siempre con calma y pensar antes de actuar, pero eso no quita el hecho de  ser arrogante y presumida por su belleza y dinero. Se comporta de forma y educada, pero siempre con ese tono sarcástico que la caracteriza. Es egocéntrica, y presumida  no le gusta andar con personas que sean hipócritas y mucho menos que lo menosprecie tal cual como es. Le disgustan las personas sin modales, y el comportamiento infantil. Extremadamente sincera no se corta en decirte la verdad en la cara sin antes pasarla por ese filtro que todos recomiendan, ella solo escupirá todo sin prestar mucha atención de que sus palabras pueden llegar a ser dolorosas y si no te parece le importa tres hectáreas de la mejor cosecha..
Al ser una persona egocéntrica rara vez piensa en los demás, hace las cosas para su propia comodidad y lujo, no importa si al de al lado –o su hermano- le afecta, ella siempre hará lo que se le pegué en gana y lo que mejor le convenga. No duda en proteger lo que le pertenece, o deshacerse de alguien para cometer sus logros. Segura de sí misma y fiel a sus ideales, cuando se propone y quiere algo lucha hasta lograrlo, si tiene que recorrer mar y tierra, lo recorre. Posesiva y algo egoísta cuando sabe que algo o alguien le pertenecen, eso es suyo y hasta el día de su muerte no le pertenecerá a nadie más que a ella. Un poco despreocupada, le da igual lo que se le puede venir encima, como sea conseguirá una solución para todo, o si no el dinero lo soluciona todo.

La infancia... en realidad no es relevante. Tuve una infancia como la de cualquier otra niña, llena de casas de muñecas mariposas, juegos de té, peluches y vestidos.  Mi historia real comienza en la adolescencia yo tenía 15 años y muchas ganas de que me pasaran cosas. Mi cuerpo comenzó a cambiar y mis hormonas estaban creando una revolución en mi cuerpo. Mis padres al ser grandes empresarios siempre nos tuvieron a mi hermano y a mí en los mejores colegios, donde había de todo tipo de personas. Ahí fue donde conocí a una de las mejores persona que he conocido nunca Alksandrov, era un chico podría decirse normal, pasaba des-apercibido en la escuela, las personas lo conocían por ser el chico callado de la clase, pero a veces las personas esconden las verdades bajo sus rostros serios. Este chico del que le hablo se fijo en mi, y era extraño pues por mi forma de ser ahuyentaba a los chicos, era uno más de ellos, cuando eres joven todo lo ves de color de rosa crees en las mentiras que te dicen y... en fin. Comenzamos a salir, mis padres lo querían a mi hermano le caía bien y todo parecía ir perfecto. Parecía. Me invitó a cenar con el fin de nuestro aniversario número 4 sí tanto duramos, tenía ya tiempo yo notándolo raro, pero yo sólo creía que estaba presionado por la escuela. Comíamos en silencio, no era cena precisamente agradable, Aleks estaba raro y miraba hacía todos lados. De un momento a otro un sonido sordo se escuchó por el lugar y todo se escondieron bajo sus mesas, incluida yo. Me sacaron de debajo de la mesa junto con Aleksander, un tipo me sonrió y luego me dio golpecitos en la cara, para después llevarse al chico con él, cuando quise ir detrás de él otro tipo que era un cliente del lugar me tomó de la cintura y me dijo que ni lo intentará. No supe como llegué a casa, pero sabía que a las 12 de la madrugada, Aleks, estaba trepando por mi ventana con un moretón en el ojo, me explicó a lo que se dedicaba, era narcotraficante, en ese momento me asuste, pero la adrenalina poco a poco recorrió mi cuerpo. Mi vida de ahí en adelante fue diferente, probé las drogas, el alcohol, vi como traficaban con gente, la cantidades de droga que entraba al país estaba llena de regalos y de una vida de lujo al lado de mi novio. Hasta que murió, o desapareció no lo sé, y no es como si ahora me importaba, la droga le estaba afectando tanto las neuronas a un grado que lo estaba dejando loco, con mi poca cordura que me quedaba me alejé y fui con mi hermano a América, a ser la organizadora de eventos de su cadena de hoteles, es algo que no llena y nuca lo va hacer, me acostumbre a la adrenalina.
Beah De Souza, la vez y tu primera impresión es que una nena de papi más, pero no, mantiene su propio imperio de manera inigualable, su labia y su manera de ser son de admirarse, no pregunten como la conocí porque ni yo lo recuerdo, solo sé que ahora tabajo para ella. Lo único bueno que dejó Aleksander, tras sus droguero fueron los contactos, un tipo que consigue chicas con el sueño de ser modelos, y al llegar aquí a Brasil son moldeadas para ser lo que aquí le llaman "prepago", no son putas comunes estas tienen clase y son mejores pagadas. Tengo todo a mi favor, los contactos y los hoteles más lujosos de América para el uso de las "modelos" y "empresarios" de Beah de Souza, mi hermano no está de acuerdo, pero bueno ya llegaremos a un acuerdo con ese idiota, es fácil de moldear.
La droga en mi vida es algo que hago constantemente,  a veces me ayudan a escapar de la realidad en la que se ha convertido mi vida, lo que hago no está bien, pero me mantiene viva, con ganas de seguir viviendo, además de que me estoy pudriendo en dinero.