Suelen A. Teixeira ID

Un escorpión en un cuerpo bonito, eso es Suelen. Puede pasar de ser la mujer más encantadora que conozcas, a ser la última persona viva que veas luego de que ella te reviente la cabeza de un tiro. Desde pequeña le tocó ver cosas que la hicieron crecer rápidamente y por lo mismo jamás conoció la inocencia. ¿Inocencia? ella a los 5 años ya había visto a amiguitos muertos en medio de las favelas, siendo asesinados por el simple hecho de encontrarse en medio de una balacera. Eso y muchas cosas más, le quitaron la inocencia.

Puede ser realmente fiel con aquellos que lo merecen, pero sumamente fría con los que a ella no le importan. Si no eres su amigo o familia más cercana, ella no dudaría en atravesarte la frente con una bala, especialmente si se trata de negocios. Entre los suyos hay reglas que seguir y si no las cumples, simplemente te vas a la tumba, o matas al que te amenaza. Así son las cosas para Suelen, son o no son, negro o blanco, cumples o no cumples, vives o mueres, asesinas o te asesinan. Primero está ella con una pistola en la mano y luego está el resto. No le gusta complicarse la vida, por eso siempre recurre al camino fácil, deshacerse de lo que le estorba.

No le gusta la cursilería, es más bien práctica. Para ella no existe lo que muchos dicen “hacer el amor”, para ella es simplemente sexo y un buen revolcón. Sabe que algunas personas pueden amarse, lo vio en sus padres y sus tíos, pero también sabe que ese sentimiento es sinónimo de debilidad. Su padre podría haberse salvado pero fue el amor hacia su madre lo que lo llevó a la muerte, solo por protegerla. ¿Por quién si no, darías tu vida? por el amor de tu vida, ni más ni menos. Espera jamás encontrarse con ese hombre que saque la palabra “amor” de sus labios.

Es tan fría como apasionada. Fría cuando debe matarte, te mira a los ojos para que veas que no te mata sintiendo culpa, porque si te está apuntando con un arma, es porque realmente te lo mereces. Apasionada como ninguna cuando quiere conseguir algo, ya sea desde cumplir bien su trabajo, hasta aprovechar hasta el fondo de un cuerpo que desea probar.

No nació en medio de grandes riquezas, más bien conoció una inmensa pobreza, o al menos sus primeros años de vida. Hija de Adler Teixeira y Mara dos Santos, él un asesino y ladrón, ella una simple costurera, alguna vez prostituta. Adler era muy joven cuando conoció a Mara, y fue buscando los servicios de una prostituta. Muchas veces se reunieron, ella siempre fue su favorita, aún a pesar de ser una niña de 15 años, era experta en lo que hacía. Él comenzó a sentirse celoso de los clientes de Mara, no concebía la idea de que otros la tocaran, pero ella no conocía otra forma de vivir y su padre la obligaba a prostituirse para llevar el sustento al hogar. Adler finalmente le propuso que se fuera con él, le contó que tenía familia en Sao Paulo y ahí podrían vivir, y ella, amándolo como lo hacía y odiando la vida que llevaba, se fue con él. Él tenía 18 años y ella 16. Ahí formaron una familia, conoció a los hermanos y padres de Adler y todos la aceptaron bien. Su suegra le enseñó a coser y eso lo usó como pasatiempo y para ayudar a Adler. Se casaron y tuvieron a sus primeros hijos, los gemelos Heber y Fabian, dos años más tarde nació Suelen y un año después, Yago.

Vivían en una favela, su vida carecía de cualquier comodidad o lujo, se rodeaban de gente que dejaba mucho que desear y el mismo Adler andaba en malos pasos, robando a casa de millonarios, trabajando para traficantes de muy mala categoría. Para Suelen no era extraño ver a hombres con mala facha haciendo negocios con su padre en casa. Sus primeros años de vida la pequeña los vivió entre ladrones y asesinos, pero Mara siempre le enseñó a diferenciar entre lo bueno y lo malo, por lo que sabía que las cosas que su padre hacía no eran buenas. Aún así fue una niña muy amada por toda su familia.

Cuando Suelen era aún muy pequeña, su tía Cecilia, la hermana menor de su padre, conoció a un hombre que los ayudó mucho a todos en la favela en la que vivían y meses después, se fue a vivir con él. La vida de todos mejoró bastante, su padre se convirtió en uno de los sicarios de aquel hombre, Suelen lo llamaba “tito Giann” porque no sabía decir tío. Si antes la niña convivía con delincuentes, ahora lo hacía mucho más. Ella además de crecer jugando con muñecas, creció viendo como su padre limpiaba sus armas, pistolas y cuchillos y pidiéndole que un día le enseñara a usarlas.

Cuando Suelen cumplió los 5 años de edad, sufrió la peor pérdida de su vida. Sus padres y uno de los gemelos, Fabian, fueron asesinados. Nunca entendió bien la razón, pero al parecer fue un ajuste de cuentas con un traficante enemigo de su tío Giann y de su padre. Querían matar a toda la familia de Adler, pero él logró poner a salvo a Heber, Suelen y Yago antes de ver morir a su esposa y a uno de sus hijos. Suelen no tiene muchos recuerdos de esa noche, pero si recuerda como, una vez muertos, Heber salió tras los asesinos de su familia, pero no volvió a saber de él en varios años.

Suelen y Yago se quedaron solos junto a los cuerpos de sus padres y hermano, hasta que llegó el abuelo de ambos y los llevó con él. Cecilia, la tía de los niños, siempre fue muy apegada a sus sobrinos, por lo que le pidió a su esposo, Giann, que los dejara ir a vivir con ellos. Aún no tenían hijos y no creían que sus sobrinos fueran a ser una carga. Aún así, Yago pequeñito como era, no quiso ir con ellos y se quedó a vivir con sus abuelos, mientras Suelen, tan apegada a su tía, aceptó vivir con ellos.

Suelen estuvo con Cecilia y Giann por varios años. Presenció el nacimiento de sus primas Beah y Nova, pero al cumplir los 15 años de edad, apareció su hermano Heber. Él nunca les quiso decir donde había estado todos esos años y qué le había ocurrido, pero siendo ya casi mayor de edad, decidió irse a vivir a los Estados Unidos y llevarse con él a sus hermanos. Yago aceptó de inmediato mientras que para Suelen no fue una decisión fácil, pero finalmente, también se fue con ellos.

Con 15 años de edad comenzó a vivir en Nueva York. Heber trabajaba para un traficante de aquel país y por eso se los llevó a vivir a dicha ciudad. Ahí vivió y creció como una reina. Heber la consintió en todo, aunque ella no fue jamás una adolescente caprichosa. Con esa edad, ya había apuntado su primer arma, después de todo, ser sobrina y protegida de Giann De Souza no era cualquier cosa y así mismo como sus primeros años de niñez los vivió entre delincuentes ordinarios, los siguientes años hasta su adolescencia los vivió entre traficantes y sicarios. 15 años y era una asesina, su tío la entrenó bien, le enseñó a pelear y a usar todo tipo de armas, y cuando llegó a Nueva York, trabajó junto a su hermano. Aún así hizo su vida aparte, yendo al colegio, saliendo a fiestas, conociendo chicos. Cualquiera que la viera diría que era una adolescente normal.

Al crecer y salir del colegio, decidió entrar a la universidad, siempre tuvo las mejores notas por lo que podía estudiar lo que a ella se le antojara y así entró a la Universidad de Yale, a la facultad de medicina, donde finalmente se especializó en cirugía. Luego de sus estudios, trabajó en uno de los mejores hospitales de Nueva York pero actualmente dejó toda su vida ahí, decidida a regresar a Sao Paulo. Su vida no es la medicina ni mucho menos una vida tranquila, así que quiere regresar a lo que siempre supo que sería, una sicaria, una asesina de asesinos, una traficante, la guardaespaldas de su tío Giann.