Una cena con extraños || Anahí

" Amigos contados con los dedos de las manos y me sobran"

Me concideraba una persona solitaria, por lo general no hacía amistades con nadie y mucho menos en un país en el que según eso había venido a trabajar, sí la DEA me había mandado de Brasil de encubierto y la verdad es que solo me había favorecido con mi trabajo con Beah. Cuando llegué a este país la única persona que conocí y que por gracia Divina me cayó bien fue Anahí, era una mujer que tenía su caracter pero me caía bien y además era la única amiga que tenía, así que que para desaburrirme de la rutina le pedí que salieramos a tomar una café tenía que contarle a alguien sobre lo que en verdad hacía, y no sé Anahí me inspiraba confianza.

Me senté en una de las mesas y pedí un café mientras la rubia llegaba, hable con mi hermano sobre que aburrida campaña politica y hasta me comi una rebanada de pastel... al parece el defecto que tenía la chica era que no era puntual, me estaba desesperando y apunto de mandar esta cita a la mierda cuando una agitada rubia se sentó enfrente de mi, — vaya, creí que venías de rodillas— sonreí — me alegra mucho verte Anahí —

Había quedado con Ek para cenar, pero por diversos motivos y por un poco de costumbre me demore mas de la cuenta. Cuando el reloj daba la hora exacta del encuentro yo recién llegaba a casa literalmente corriendo, del mismo modo me di una ligera ducha me cambie y volví a salir sin siquiera secarme el cabello, la nueva maratón hacia el restaurante cumpliría sin dificultad con el trabajo del secador.

A penas un pie dentro del restaurante y pude ver la cabellera rubia de mi amiga, me senté frente a ella intentando recuperar el aliento de algún modo. -Lo siento, se me hizo tarde con algunas cosas. Mi voz salía entre cortada y en medio de una especie de jadeo constante. -A mi también me alegra mucho verte. Respondí de modo cortés con una amplia sonrisa en mi rostro.  Una vez recuperado el aliento me estire sobre la mesa para saludarla con un afectivo beso en su mejilla. -¿Cómo haz estado? Pregunte mientras buscaba con la mirada algún camarero para llamarlo y pedirle el menú, moría de hambre, había estado el día entero fuera de casa y no había parado un minuto a comer nada.